jueves, 10 de abril de 2014

Bora Bora

Bora Bora es uno de esos destinos exóticos que aún se puede visitar con la sensación de estar en otro mundo, un paraíso natural en la recóndita Polinesia Francesa. Sus mayores atractivos son sus playas, esas aguas cristalinas salpicadas de arrecifes de coral, la observación de la vida submarina y los bungalows sobre el agua.

Estas características han hecho que la isla se convierta en destino favorito para pasar la luna de miel.
Se puede considerar un destino de lujo, ya que el coste de la estancia turística es bastante alto, atrayendo de este modo un turismo de categoría superior. 



Qué ver y hacer en Bora Bora

Esta isla es pequeña, poco más de 30 kilómetros cuadrados de territorio. Al llegar al aeropuerto vemos la laguna y la isla principal al frente, con el monte Otemanu que con sus 727 metros es el punto más alto.

Dentro de la laguna, se puede  recorrer en canoa, en barcos con fondo de cristal, a nado o buceando, hay varios islotes. También se puede hacer una excursión hacia la barrera de coral para hacer snorkel y contemplar la rica y colorida vida submarina.


También podemos disfrutar de las puestas de sol desde un katamarán. O escoger para descansar alguna de las playas de Bora Bora, como Playa Matira al sur de la isla, la más famosa, caracterizada por sus arenas blancas y sus aguas tibias y poco profundas.


En el parque marino Lagoonarium, situado en un islote privado, se puede ver y nadar con diferentes animales, como tortugas, rayas, delfines, peces de colores…
En Le Meridien hay un parque marino de tortugas donde viven más de 100 especímenes de tortugas marinas y se puede nadar con ellas.

Vaitape es el principal pueblo de Bora Bora, donde podemos visitar el centro artesanal, o la tumba de Alain Gerbault, un famoso navegante que dio la vuelta al mundo en solitario en 1929. 

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